miércoles, 14 de julio de 2010

Necesitamos organizarnos, para defendernos mejor.

Los derechos que podemos defender en pequeñas luchas que demos, ya sea solos o en grupos de cinco, quince o veinte y cinco trabajadoras y trabajadores, son limitadas y no cambia nuestra condición de pobreza, ni las condiciones de injusticia y malos tratos en nuestros trabajos. La forma de organización que hay en la actualidad, el sindicato, en los hechos no nos han servido para defender nuestros derechos. Incluso en la gran mayoría de los casos ha servido para defender los intereses del patrón.

Cuando hemos logrado que nos reconoscan nuestros sindicatos autonomos o que por medio de algún sindicato independiente logramos la titularidad de un Contrato Colectivo de Trabajo. Los patrones con apoyo y complicidad de autoriades laborales y sindicatos fantasmas y charros, han burlado nuestros derechos, cometiendo fraudes en nuestra libre elección del sindicato que queremos; robandoce las tomas de nota; llendoce las fábricas a otras ciudades, estados o paises; corrompiendo a los dirigentes; reprimiendonos; etcetera.

Necesitamos crear otras formas de organizarnos y defendernos. No se trata de crear nuevas formas de organización, por crearlas nomás, por ser originales, por querer dar un nuevo aporte al movimiento, por estar más a la moda de financiadoras y ONG`s, por estar a la vanguardía del movimiento obrero. Las nuevas formas de organización se estan creando producto de la experiencia cotidiana de las y los trabajadores, en su trabajo, en su comunidad, en su familia, porque la organización debe de responder a las necesidades de los y las obreras y sus entornos sociales.

Debemos de investigar, descubrir, experimentar estas nuevas formas de organización, de lo único que podemos estar seguros, es que estas nuevas formas de organización no pueden ser producto de una teoria sobre la organización, sino producto del trabajo diario que trabajadoras y trabajadores de la maquila, hacen por lograr que sus compañeros y compañeras de trabajo conoscan sus derechos, sientan la necesidad de pelear por ellos, de unirce a otras personas para hacerlos valer. Del trabajo diario de extrabajadores y extrabajadoras, que acompañan a estas trabajadoras y trabajadores en su lucha cotidiana, porque es su misma lucha porque sus hijas, hijos, esposas, esposos, hermanos, hermanas, vecinos, cuñadas, etcetera trabajan en la maquila, porque a los nuevos trabajos que llegaron, sean estos en billares, bares, tiendas comerciales, casas, talleres mecanicos, restaurantes, en la construcción, trabajo a domicilio, consultorios, oficinas, etcetera las condiciones no varian mucho que en la industria maquiladora. Los bajos salarios, los malos tratos, la falta de respeto a nuestros derechos, la nececidad de pelear por que se respeten esos derechos y la necesida de la organización esta en todas partes.

Y en todas partes nos hemos tenido que defender, y hemos tenido experiencias de resistencia, de protesta, de lucha, y de organización en muchas ocaciones, aunque estas experiencias hayan sido pequeñas y por pequeños espacio de tiempo. Esa es nuestra practica, esa es nuestra experiencia, que son producto de lo que vivimos en la fábrica, de lo que aprendemos sobre nuestros derechos y la necesidad de organizarnos, ahí esta nuestra historia resisente, nuestra experiencia concreta, ahí estan nuestras ideas de justicia y de lucha, nuestras dudas y preocupaciones, ahí estan nuestros principios y bases que necesitamos para seguir construyendo la organización que necesitamos.

En ese sobrevivir siendo migrante, mujer, joven, homosexual, travesti, lesbiana, punketo, gordo, chicana, feminista, trabajdora de la maquila, zapatista, siendo madre con hijos y sin nadie más que la apoye a una, siendo madre sin hijas, siendo hijas, hijos, esposas que sufren la violencia domestica, no tener familia en la región, vivir con otro nombre, sin un pedazo de tierra y un techo para vivir, que nuestra organización comunitaria este siempre siendo amenazada por el gobierno, vivir con un pie en México y otro en Estados Unidos, vivir en una colonia contamida por las empresas maquiladoras, estar en la carcel, en la clandestinidad, ser acosada por las autoridades por defender nuestros derechos, debemos poner atención a estas resistencias que a diario hacemos, de ahí surgira la fuerza de nuestra organización, de ahí surgira nuestro mundo.

El principal punto en que debemos poner atención, es que en la organización que estamos creando, logremos que en las relaciones entre todas y todos sus integrantes, tengamos una relación de respeto a nuestras ideas, a nuestras practicas e iniciativas: que tengamos una forma de relacionarnos en donde las relaciones de poder no existan, cualquiera que sea su forma; en la que tengamos formas de pensar y decidir en colectivo; en la que nuestro principal interlocutor no sean los patrones de la maquila, las autoridades laborales, sino que sean los y las trabajadoras y el pueblo en general.

Decidiendo entre todos y todas y desde abajo, con los más pobres, los más desamparados, los más discriminados, los más olvidados, pero dispuestos a defender su dignidad su libertad, y luchar por la justicia, como vamos alograr que las cosas cambién para bien de la mayoría.

No hay comentarios:

Seguidores