viernes, 9 de julio de 2010

¿Cómo salir de esta pesadilla?

Este momento puede fácilmente identificarse como la parte más obscura de la madrugada, como si la pesadilla no fuera a terminar nunca. Las alternativas en contra de la explotación parecen tan chiquitas en comparación con la avalancha de vejaciones y abusos de la patronal. El cansancio de 12 ó 14 horas de jornada laboral en donde se han sometido a una actividad intensa y constante, el ambiente laboral en donde se inculca y reproduce el egoísmo, la competencia y la búsqueda del interés individual, los bajos salarios, la anulación de prestaciones, la certeza de que si se levanta la voz el único destino será el despido. Como nunca antes, se ha hecho patente la asimetría entre patrones y trabajador@s. Y sin embargo, de ahí saldrá la respuesta que ponga fin a esta pesadilla.

Y para señalar que esto es así, dicen: “a pesar de todo aquí seguimos”. Las trabajadoras se rebelan, se organizan, se reúnen, resisten, luchan. No se ponen “la camiseta” de la empresa, no creen que en su centro de trabajo haya igualdad y condiciones armoniosas de trabajo. Saben que ahí, en la fábrica, en la maquila, en la oficina hay maltrato, hay explotación. Saben que aunque el patrón use muchas máscaras siempre seguirá siendo el patrón.

Una vez, Marx dijo que la liberación de los obreros será obra de los obreros mismos. En este sentido, l@s obrer@s de las maquilas, l@s precari@s, l@s subcontratad@s son l@s que, con su lucha, van marcando el rumbo. Las asociaciones civiles de defensoría laboral, los boicots comerciales contra las empresas que explotan a l@s obrer@s son algunos de los escenarios en los que se está desarrollando esta batalla. De las luchas de l@s trabajador@s precari@s, de la riqueza e imaginación de sus formas organizativas, sus oposiciones, sus avances y retrocesos, en fin, de sus experiencias para enfrentar a los patrones surgirán nuevas formas para destruir al capital.

Una trabajadora de la industria electrónica en Monterrey, refuta con sus palabras la estrategia de pensamiento Toyota: la de desdibujar al patrón y su explotación: “¿Los patrones?, ésos amasando su dinero. Entre más ganen, entre más vean su industria crecer, mejor para ellos y a costa de la mano de obra barata. Ellos no se van a andar con contemplaciones. Pero debemos estar todos unidos, pos si no, ahí seguimos”.

Ella no apela a los sindicatos o al gobierno para salir de esta pesadilla: “Tenemos tanto tiempo, bueno, lo que uno tiene de vida, de estar viendo tantas injusticias. Si toda la gente trabajadora se nos aprieta mucho —pues tarde que temprano— si se une, puede exigir sus derechos. No creo que el gobierno te vaya a ayudar en nada, ni creo que te vayan a beneficiar en nada absolutamente. Hasta que ya sea la gente, que el hambre apriete, que todas las cosas truenen, entonces es cuando van —me imagino— a haber reacciones de a de veras. ¿Por qué? Porque estás estresado, ¿con qué pagas?, ¿con qué esto?, ¿con qué lo otro? Y ahí es donde, me imagino, que va a ser un tronadero”.

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